martes, 4 de agosto de 2009

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NO IMPORTA DE DONDE VENIMOS, SI NO A DONDE VAMOS.

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Josu Aizpurua

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Josu Mirena Aizpurua San Nicolás (Bilbao, 1946) es un ex-político de ideología independentista vasca. Fue secretario general de ANV y parlamentario vasco por Herri Batasuna.

En su juventud fue un militante antifranquista. Se formó como técnico de organización de empresas y trabajó como directivo de una empresa cooperativa.

Josu Aizpurua fue un militante destacado de ANV durante el periodo de la Transición. Formó parte de la candidatura de ANV en las Elecciones Generales de 1977.

En 1978 ANV se integró en la coalición electoral Herri Batasuna. Ya en 1978 se produjeron diversas tensiones entre Gonzalo Nárdiz, representante de ANV en el Gobierno Vasco en el exilio, y la dirección del partido; que solicitaba su dimisión y su sustitución por Josu Aizpurua, que ya se perfilaba por aquel entonces como uno de los hombres fuertes del partido.

Tras el importante apoyo electoral que obtuvo Herri Batasuna en las elecciones forales y municipales de 1979 se desató un enfrentamiento abierto en el seno de la coalición entre los diversos grupos que la formaban. HB era, a efectos legales, una coalición electoral que agrupaba a ANV y ESB, los dos únicos partidos políticos legales que la formaban. Dentro de la coalición coexistían sin embargo otros grupos alegales como LAIA o HASI, e independientes.

LAIA y ESB trataron de obtener la adhesión de ANV a sus planes para quedarse con las siglas de HB y marginar a los miembros de HASI, partidarios de la Alternativa KAS y mayoritarios en la coalición.

En el V Congreso de ANV, celebrado en julio de 1979, chocaron las dos corrientes internas de ANV, la que era más bien fiel a los principios tradicionales e históricos del partido; y la más partidaria de HASI y de la Alternativa KAS. Tras la dimisión del hasta entonces secretario general de ANV, Valentín Solagaistua, fue elegido Josu Aizpurua secretario general del partido [1]. Bajo la dirección de Aizpurua ANV no se plegó a las solicitudes de ESB y LAIA de dejar HASI fuera de la coalición; por lo que contribuyó de manera sustancial a la creación de una Herri Batasuna, básicamente controlada por HASI y KAS; que en los años siguientes sería abandonada por ESB y LAIA; y donde la propia ANV tendría un papel secundario.

Poco después de su elección como secretario general, Aizpurua sería detenido y retenido durante unas horas por la Policía en una redada contra HASI [2]

El propio Aizpurua sería miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, elegida en 1979.

En 1980 es elegido parlamentario vasco por Vizcaya como candidato de la coalición Herri Batasuna. ANV era públicamente partidario de participar en las instituciones políticas vascas, pero esta opinión chocaba con la corriente mayoritaria de la coalición. [3], lo que provocó ciertas tensiones entre partido y coalición.

En octubre Aizpurua renuncia a su puesto como parlamentario, siendo sustituido por el sindicalista José Luis Cereceda.

En 1981 cesa como secretario general de ANV y miembro de la Mesa Nacional. En 1982, desencantado, abandona complementamente la política. Actualmente es crítico con la lucha armada de ETA.

Desde entonces se dedica profesionalmente al márketing. Escribe en sus ratos de ocio y ha publicado un libro: Quo vadis Euskalherria? (1998), un ensayo sobre el vasquismo.

Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Josu_Aizpurua"

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lunes, 3 de agosto de 2009

Biografía 7



ZAZPI


(61 a X años) RESIGNACIÓN



La podrida situación de mi tierra vasca, cuyo hedor no podían soportar mis grandes y sensibles narices, hizo imposible mi vida en ella. Poco a poco, primero en kilómetros y luego en mente, me fui alejando de ella.


No puedo vivir en una tierra en que su gente va custodiada por matones para evitar a otros matones.


No puedo vivir en una tierra donde se negocia con muertos sobre la mesa y si no matas mucho, no te consideran.


No puedo vivir en una tierra donde se instaló el pesebre como objetivo.


No puedo vivir en una tierra donde nadie busca el encuentro si no la diferencia que concede réditos.


No puedo vivir en una tierra que no reconoce a los que la llevaron a la democracia.


Quizás algún día, pero yo no lo veré, surja un líder carismático, que como Cristo arrojó del Templo, arroje de las instituciones a los farsantes y coloque a gentes dispuestas a trabajar por su pueblo vasco, en cualquiera de las ramas que hoy tiene el viejo roble; su rama enraizada en la tribu, su nueva rama de extranjeros y españoles, y esa curiosa rama de vascos nacidos en casa y con raíces en otra tierra. Todos estos vascos, deben querer lo mejor para su tierra, y si las siglas y los prejuicios no los nublan, algún día caerán en la cuenta de sus errores.


Seguro que la lucha armada vasca de liberación nacional, es el mayor obstáculo para la supervivencia del auténtico Pueblo Vasco, dirigí, como toda mi vida he hecho, reflexiones escritas, (algunas públicas) a los agentes con poder de solución al momento vasco. Una carta privada al mako (cárcel), fue remitida a la prensa, con lo que su publicidad rompió el efecto buscado. En ella, daba mis criterios para el debate clandestino de los presos de ETA, que, para mí, son los llamados a pedir la disolución inmediata de la organización.


Quiero creer que sirvió para algo, y que la entrada en razón de mi antiguo compañero Shanti Arrozpide, tuvo algo que ver en ello.


Ese grupo de presos que reman contracorriente, tienen la llave del cese de la lucha armada. Deben ser apoyados.


Escribí algunos libros, por desahogo en algunos momentos duros de mi vida.


Jirones de amor, desamor, y lucha vasca” en la editorial Eguzki Taldea, cuando me vi acosado por el GAL.


Quo Vadis, Euskaherria?” de editorial Incipit, cuando me agobiaba el rumbo de mi tierra.


Vasco rebelde” de editorial Bubok, cuando la suerte de los presos y de los nuevos aspirantes, me quitaba el sueño.


Saga Vasca”, inédito, como un legado a mis descendientes.





Yo vivo en una isla, República Dominicana, país con muchas carencias, y con una diferente cultura. Desde aquí, veo muy nítida, la esencia del conflicto vasco. Y me apeno.


Lo que queda de mi persona, físicamente dañada, pero psíquicamente perfecta, lo pongo día a día al servicio de mi gente, aquellos que me ayudan y yo les ayudo, en trueque permanente. Vivimos en la escasez, esperando que la luz, el agua, las carreteras, y el trabajo, no sigan faltando. Somos pobres en lo material pero muy ricos en lo espiritual, y los buenos y los malos (que los hay) nos respetamos y nos sonreímos al pasar y presentamos la alegría contra la adversidad. Aquí me amanso, olvido la estupidez reinante en mi patria, disfruto de la amistad, recobro la lucidez para buscar el sentido a la muerte, pues a la vida ya se lo encontré hace tiempo. Me llaman “Negromirena”, y con mi familia morena, comparto lo que no me dio mi tierra; la paz y tranquilidad.


Vivo razonablemente feliz, esperando que la muerte me coja con la sonrisa en los labios.

Biografía 6



SEI


(51 a 60 años) COMPRENSIÓN




Como una maldición bíblica, a los cincuenta, comenzó la Cantera de Istiña a dar su fruto, y como mi abuelo y mi padre a la misma edad, comencé a tener piedras en los riñones.



También fui consciente que las ideas que nos movieron en la juventud, habían sido abandonadas por los políticos vascos y la población había pasado también de ellos, creándose un nuevo paradigma donde nadie era lo que decía, ni falta que hacía. Una ceremonia de la confusión reinaba en vascongadas, donde celebraba “Aberri Eguna” cada partido por separado y otros ni siquiera lo celebraban.


Nadie quería mirar atrás, y enmendar lo mal andado; peligraba su estatus.


Mi salud se fue empeorando, heredando lo genético, hipertensión, melanoma, diabetes, hasta que la aorta me dio el gran susto. Ya el cuerpo del campeón de los 100 metros, no daba para más.


Mirando atrás, viendo los pocos aciertos y los muchos errores, me sentí contento y resignado.


Había hecho todo lo que podía por mi patria vasca, había sido honrado con mis juramentos de oficial vasco, no volví a utilizar las armas en su territorio en cuanto la democracia se instaló en las instituciones, e hice cuanto pude para que mis compañeros de armas entrasen en el juego político. Más no pude hacer o no me dejaron.


Biografía 5



BOST


(41-50 años) REFLEXIÓN



Convencido, aunque con una duda razonable, que el momento de ETA pasó con la Transición, y que sus jefes caerían del caballo de la negociación, en estos años pensé ingenuamente que la Convergencia y la Autodisolución, volverían al panorama vasco, para reorientar toda esa palabrería hueca institucional.



Entretanto, tuve la certeza que ya nunca se daría el Estatuto federalista, que la negociación de PSE y PNV, mayoritarios electoralmente, deberían proporcionar. No habría un Ejercito Vasco, con lo que todas las promesas de antaño y mis años de preparación, quedaban obsoletos. Seguro de mi incompatibilidad con lo que se entendía como “política” en la postclandestinidad, me dedique a mi formación personal, abandonada por otras causas, y a recomponer mis finanzas, duramente dañadas.


Seguí manteniendo contactos clandestinos con gentes de otros países, compañeros de antaño, y a veces realicé servicios solidarios, pero con carácter de excepción.


Intenté dedicarme a una ONG, pero, mi pasado lo impedía.


Me inicié en el camino del Marketing como sucedáneo de mi verdadera profesión, la gerencia, que ya no podía desarrollar por mi pasado, deformado y hecho público, y lo cultivé con la pasión que pongo en mis tareas, llegando a ser un buen profesional.



Siguieron los de siempre, poniendo palos en mi rueda, impidiéndome ascensos o éxitos y buscando mis despidos, pero nunca pudieron tumbarme, aunque anduvieron cerca, pues siempre salía de sus trampas.


Como en mi tierra no encontraba hueco, salí al mundo, y logré mucho de lo que me negaban.


Biografía 4




LAU


(31 a 40 años) POLITIZACIÓN



Las continuas detenciones y el seguimiento constante, hacen peligroso mantener el puesto de primera línea activa y paso a ingresar en la línea política, con apenas 30 años, pero muy curtido en mil batallas y con gran preparación teórico-practica. Era un buen elemento y destaco inmediatamente en ANV, partido que por historia y programa me parece lo más adecuado.



No me incluyo en los partidos de moda, florecientes en la izquierda abertzale, por su voluntarismo, alejado del sentido sociológico que yo tengo de mi propio país.


Adoctrinado por los viejos militantes, comparto charlas clandestinas de historia viva, repasando el año 1930 con la fundación de ANV y la refundación del PNV, analizando sus errores y sus aciertos.


Repasamos la “bronca” como ellos llamaban a la Guerra Civil y comprobamos aciertos y errores del posicionamiento vasco en la contienda.


Desmenuzamos el Pacto de Santoña, y con los supervivientes llegamos a insólitas revelaciones.


Oímos, de su propia voz, los motivos de los gudaris de ANV que no se rindieron en Santoña y continuaron en Valencia a las órdenes de la República Española.


Convencido de estar en un gran partido, me entregué de lleno, como siempre lo hago, a la labor de partido, cuyo lema “No importa de donde vienes si no a donde vamos” me parecía y me parece, un norte para los vascos.


El Comandante Zubiaga, Emeterio de la Cotera, Juanito Geijo, Benito, autor del grito “Gora Euzkadi sin sotana”, Bengoetxea, que con su gerriko y su txapela se presentó en el Gobierno Civil a legalizar ANV y luego en plenas Juntas Generales a justificar mi inasistencia, son personajes grandes de mi pequeña historia, a los que recuerdo con devoción.


Con Mako y Valen, como mas jóvenes, trabajamos durísimo por el resurgimiento de ANV, pero nuestra honradez, nuestro republicanismo, nuestro izquierdismo, moderado pero firme, no nos hacían atractivos para los pesebres en marcha.


Fruto de ello fue el increíble incidente con el Gobierno Vasco en el Exilio, Presidido por Leizaola, al que yo había servido como oficial de su Ejercito, con lealtad impecable, que se negó a incluirme como Consejero del Gobierno Vasco en el exilio, como representante de ANV, cuyo nombramiento se realizó por las bases clandestinas del partido. Su argumento fue que yo seguiría las consignas de ANV y no las suyas. El era miembro del PNV y títere de Ajuriagerra, verdadero factotum del PNV, con el que ya había tenido enfrentamientos por su carácter dictatorial, desde cuando era un crío, pese a lo cuál, admiro su trabajo clandestino. Yo no quería el cargo, con lo que me hicieron un gran favor, pero su acción fue un test de lo que pensaba hacer el PNV en la Transición y el Estatutismo.


Las Elecciones Generales a la muerte del Dictador nos dieron un pobre resultado, ridículo, que no hacía justicia a nuestra historia y nuestro esfuerzo.


Curiosamente, en la encuesta que hizo el Gobierno para ver cual sería el segundo partido que votarían los vascos, salía ANV por amplia mayoría, pero, era el primero el que contaba.


Nos reunimos la ejecutiva de ANV y con motivo de la derrota electoral, hicimos frente a las deserciones numerosas de los militantes de toda la vida, que se pasaron a ocupar los cargos que les ofrecieron en el PNV.


Esta fue una de las más amargas experiencias de mi vida. ¡Qué decepción! personas que apreciabas, con años y méritos de resistencia, vendidas por un plato de lentejas. ¡Qué horror! mis antiguos represores jesuitas, reconvertidos en líderes del nacionalismo.


Tuvimos varias semanas de contactos y reflexiones, y primó el sentido de mantener la sigla, como referente histórico, para converger en una plataforma electoral que se constituyese en alternativa de izquierdas al PNV.


Alguno más se escapó al pesebre del PNV y otros siguieron jodiendo desde dentro, pero la mayoría aceptó ese camino de lograr una fuerza electoral de izquierda nacional vasca.


Comenzamos con mítines y contactos y fue en Balmaseda la primera vez que colocamos pasquines con el lema “Izquierda Abertzale”. ETA vio con agrado la idea y nos pusimos a lograr la Convergencia.


Nuestro análisis era que en la izquierda abertzale electoral, no tiene cabida ETA, que debiera buscar su negociación privada para disolverse, y reintegrarse a la lucha en alguno de sus partidos afines (HASI y LAIA), pues a EIA ya la veíamos abducida por elementos extraños y su gran valor Ortzi, ya estaba con nosotros. Este polo de izquierda revolucionaria, debería converger electoralmente con la socialdemocracia vasca, representada por ANV, ESB, ESEI, y fuerzas despistadas como EKA y sindicalistas.


No fue fácil la tarea, pues los revolucionarios centraban su camino en la lucha armada y los socialistas en la institucional.


Valen, Mako y yo, núcleo fuerte del partido, veíamos claramente que si lográbamos la unión de la izquierda abertzale, su éxito electoral debilitaría ETA y le obligaría a la disolución.


Argala, líder carismático de ETA, opinaba lo contrario, que esa plataforma electoral sería un frente más de la lucha de Liberación Nacional, pero no se opuso a nuestro empeño, y dio orientaciones a HASI y LAIA para que acudieran a la plataforma.


Telésforo se mostró ilusionado con la idea y apretó con todas sus fuerzas por su logro. El era el líder natural del independentismo vasco y un personaje de talla histórica, heredero natural de Jose Antonio Agirre, el otro gran vasco de talla internacional.



El resultado de toda aquella tarea de convergencia fue HERRI BATASUNA.


Solagaistua y yo por ANV, Aldekoa y Erzilla por ESB, Ziluaga por HASI y Urrestarazu por LAIA fuimos los encargados de materializar la idea, encerrados en un zulo por varios días, con la presión de sabernos observados por amigos y enemigos, y decían las malas lenguas que ETA nos mataría si no lográbamos un acuerdo, pero en el último momento, gracias a la complicidad de HASI, conseguimos el objetivo; la izquierda abertzale tendría una plataforma electoral que dificultaría el estatutismo descafeinado que PNV y PSE estaban fraguando.


Esta fue mi labor política, buscar la disolución de ETA en una plataforma electoral, para participar, con un criterio vasco de izquierda, en la política institucional y popular.


PNV y PSE, estaban por la disolución de la lucha popular, y la dulcificación de la calle, plena de reivindicaciones sociales y nacionales.


Nosotros pensábamos que el camino era la canalización de la calle, por la vía institucional, reflejando sus aspiraciones.


Una “pirueta” de Valen, que estaba desubicándose a pasos agigantados, me hizo tener que presentarme a la elección de Secretario General, cosa que no quería, pues apreciaba mucho a Valen, personal y políticamente, y estaba en primera línea por él y por Mako, pero en un discreto segundo plano, como consultor, lo que me permitía mal atender a mi labor profesional y familiar. La Secretaría General supondría mi “muerte” profesional y familiar, lo sabía pero no tuve más remedio que aceptarla. El primer congreso en tolerancia (que no libertad) que celebraba ANV en Sarriko, me había votado por mayoría, y no podía rechazar. Una larga conversación con Geijo y el comandante Zubiaga, me obligó a salir al escenario y aceptar.


Nunca hubiera aceptado ese cargo de otro partido, ni siquiera hubiera aceptado ser Lendakari, pero ANV fue mi pasión, mi razón de ser, no pude rechazarlo.


Yo conocía la ilusión que mi persona provocaba en todos aquellos viejos luchadores, gudaris y trabajadores, largos años represaliados, gentes de Margen Izquierda, Algorta, Balmaseda, Arrigorriaga, a los que conocía y sabía toda su vida y milagros, y no podía fallarles.


Yo ya era lo suficiente maduro para saber que ANV, sin prostituirse, no tenía nada que hacer en el panorama político que se avecinaba, pero, yo suelo decir que “no hay peor gestión que la no hecha” y consecuentemente, me volqué en la labor de dirección de ANV, lo que me costó numerosas detenciones y quemar todos mis ahorros.


Mantuve los criterios estratégicos del partido; republicanos, federalistas como primer paso, patriotas pero no sabinianos, democráticos y de izquierdas, y la nueva táctica convergente, de lograr la disolución de ETA en plataforma electoral y reforzar el Partido Socialista Vasco, sigla en manos de ESB.


Nuestra idea del panorama electoral vasco era:


· Ex-franquistas


· PNV


· PSE


· EPK


· Convergencia Socialista Abertzale


· Convergencia Revolucionaria Abertzale


La unión electoral de las dos Convergencias (Herri Batasuna), la considerábamos un referente poderoso y capaz de lograr reorientaciones nacionales y sociales.


En mi tarea política, tuve todos los inconvenientes posibles, desde una manifestación del PNV que se cruzó en mi camino y gritó ¡¡Aizpurua, cabrón, irás al paredón!! y algunos exaltados intentaron agredirme, hasta agentes del fascismo que me salían con pistolas desde un coche y decían “Hoy no, pero mañana verás”, en presencia de mis hijos de corta edad.


Yo hice lo que buenamente pude, sin arrugarme.


Cuando, asambleariamente, me eligieron candidato al Parlamento Vasco por Bizkaia, pensé que estábamos en puertas de conseguir nuestro objetivo. Aquel equipo de parlamentarios que fuimos electos, tenía mucho juego, y la correlación de fuerzas era desestabilizadora para los poderes fácticos y sus chaqueteros.


Pero el empecinamiento de ETA, el ego de algunos politikillos abertzales, los dineros del Estado, rompían en mil pedazos cualquier iniciativa coherente.


Tras comprobar que los “compatriotas” ya no eran los de antes, que jugaban a “políticos”, que tontos del haba con una pistola pontificaban de política internacional, que los electos se lo creían, que la ignorancia y la avaricia se aposentaban en la política vasca: dimití en 1980.


Los escasos seis meses que permanecí de Parlamentario Vasco, no cobré un céntimo, y mis sueldos iban directamente a Ezeki que los destinaba a HB.


Quedé en la más absoluta ruina, con todas las puertas (honradas) cerradas, y perseguido por el sambenito de etarra, que mis numerosos enemigos utilizaban en mi contra en los trabajos que me presentaba. Intentaron que me rindiera y colaborase con lo políticamente correcto.


Los supuestos “amigos” huyeron de mi entorno peligroso.


Rechacé las ayudas deshonestas y también la de la izquierda abertzale que me propuso liberarme de por vida, y emprendí mi camino, iniciándome de portero en un Bingo, por que pensaron que yo daba miedo y no les pasarían el impuesto revolucionario. Aún así, les debo agradecimiento pues mis hijos pudieron comer y seguir estudiando con los dineros que gané en ese Bingo durante diez años.


Biografía 3



IRU


(21 a 30 años) ILUSIÓN



En el año 1967, ya había concluido la etapa de soltar lastre burguesito familiar y consolidar una personalidad propia, marcada por el patriotismo, el socialismo y la ilusión por un mundo mejor.


Son los años más duales, con el mantenimiento de una doble personalidad, Josu de día, Gorka de noche, que sólo por la gran ilusión que teníamos en nuestros ideales pudo ser soportada.


La decisión estaba tomada y meditada y me dediqué en cuerpo y alma a la lucha antifranquista, como prioritario fin de mi vida, compatibilizando como podía y en un segundo plano, familia, profesión y vida propia.


Evidentemente, no puedo ser más explícito, pues nada hice sólo, siempre cumpliendo órdenes, y con el pacto de silencio.


Manifestaciones, palizas, detenciones, presiones de todo tipo, no consiguieron desviarme de la vía insurreccional, y por la suerte y mi gran preparación de años, salía sobreseído en todas las detenciones.


Las fuerzas represivas nunca llegaron a conocer mi verdadera posición, aunque sospechaban que había algo más de lo que se veía.

Biografía 2



BI


(11 a 20 años) FORMACIÓN



La primera formación que recibí fue autodidacta. La enorme biblioteca que compró mi padre, seguramente a plazos, para adornar el salón, solamente me tuvo a mí de exclusivo lector. Pese a mis pocos años, además de los maravillosos Verne y Salgari y las Aventuras de Guillermo Brown, que me compraba mi madre, nocturna y clandestinamente, fui devorando obras mayores, y las obras completas de Blasco Ibañez con su Intruso, fueron libros habituales en mi adolescencia. Hoy todavía conservo las Obras Completas de Blasco Ibañez y las de Anatole France, como recuerdo de aquella época.


Entre la Srta. Encarna y la biblioteca familiar, mi preparación resistente al franquismo, era suficiente. Jamás me creí nada de lo que en Formación del Espíritu Nacional trataron de imponerme.


La segunda formación, la encontré en mi gran afición al senderismo. Caminante empedernido, por las montañas vascas, fui encontrando personas y doctrinas, proscritas en la ciudad, pero conservadas a la manera de los vascos, oralmente, que fueron la base de mi personalidad; amor a mi patria vasca, justicia y rebelión.



Eran los años 1956-1966 y la tierra vasca se agitaba con el nacimiento de grupos armados, entre los que destacaba ETA.


Mi formación hasta entonces, giraba en torno al catolicismo, y cualquier militancia comunista, estaba inadecuada.


Por ello, me fui acercando a los militantes del Gobierno Vasco en el Exilio, y siguiendo sus instrucciones, fui incorporándome a grupos de mendigoizales, de acción vasca de masas, y por mis condiciones físicas (campeón de 100 metros), fueron llamándome a tareas mayores.


Yo no me siento manipulado, pese a mis quince años, por haber sido incorporado a la Resistencia Vasca. Es mas, agradezco infinitamente a Iñaki, David, y Joseba, por haberme encauzado por la línea militar, mi gran vocación y mi gran frustración. Lo otro, lo político, siempre me produjo gran repulsión. En el primer test vocacional que nos hicieron en jesuitas, yo salí como excelente en “milicia”, ante las carcajadas de mis compañeros y las mías, pues mi destino era la empresa constructora familiar, pero no era tonto aquel psicólogo, no, y eso que no sabía las maniobras que por los montes llevaba un año practicando.


Por fin, superadas prácticas y pruebas, llegó el momento largamente esperado de jurar la bandera vasca, la ikurriña proscrita, ante los comandantes de gudaris vascos derrotados por Franco, que nos tomaron juramento como Oficiales clandestinos del Euzko Gudarostea - Ejercito Vasco, reformado para la liberación nacional.



Nuestras vidas cambiaron para siempre, nuestros destinos quedaron marcados y el puñado de jóvenes elegidos, hicimos frente, como pudimos, a la represión de la dictadura franquista.


La situación era que nos encontrábamos en una dictadura fascista, producto del golpe militar que en 1936 dio el General Franco contra la República Española dirigida por un Gobierno popular de izquierdas. La evolución natural de España, republicana y federalista, había sido cercenada por la fuerza y substituida por un Régimen, fascista e imperialista, ultracátólico, y ridículo en sus planteamientos, pero, cruel y sanguinario, y mantenido por su fuerza represora.


Euzkadi institucional, (que no la Euzkadi proyectada por Sabino Arana como ente político de los siete territorios vascos), autorizada por la República Española para constituirse en Gobierno Autónomo, fue aniquilada a la entrada de Franco, que fusiló incluso a sus sacerdotes. Su idioma vasco fue prohibido, su historia erradicada, sus líderes deportados, sus provincias declaradas traidoras (salvo Araba), sus instituciones repobladas de fascistas venidos de otras tierras, y su esencia enajenada. Habían acabado con “lo vasco” y substituido por “lo español”.


Contra la fuerza, solo cabe la fuerza y había que luchar para recobrar nuestra esencia vasca. Esa era la misión personal que me habían impuesto.


Cursos de formación democrática en unos países, y de guerrilla en otros, dieron con el perfil adecuado de comando, requerido para las acciones que nos ordenaron, de refuerzo a fechas simbólicas para los vascos, consistentes en pintadas y distribución de octavillas, y colocaciones de ikurriñas en lugares estratégicos.


La presión que ETA efectuaba con sus acciones armadas, mueve a los dirigentes a emularles y se comienza la espiral de la violencia, con el uso de explosivos y utilización de armamento.



Esa vía destructora, nos salpicó en propias carnes y mis compañeros Artajo y Axurmendi, dejaron sus vidas al recibir una bomba, que les explotó en sus manos.


Los pocos años, la dictadura represiva, y el fanatismo, nos impedían ver lo corto y estéril de aquel camino armado, por lo que seguimos en él, plenos de esperanzas.


No pensábamos en una victoria militar, sabíamos de su imposibilidad, pero esperábamos que nuestro ejemplo y nuestra muy probable muerte, sirviera de acicate para que el Pueblo Vasco, que mitificábamos, se rebelase en masa contra la dictadura. Éramos mártires de la causa del Pueblo Vasco, y ello lo justificaba todo.


A los quince años mi familia me permite por fin salir del calvario jesuítico, y me internan en Lekaroz, donde paso los días más felices y donde recobro el gusto por el estudio y la ciencia. Aquellos curas capuchinos, sacan de mí la mejor parte, aunque no pudieron limar mi rebeldía, que resultó innata. Largas conversaciones con el padre Ildefonso de Bilbao, de la familia Marqueses de Urquijo, me dan nuevas perspectivas de las motivaciones fascistas de la oligarquía vasca. Siempre esas manifestaciones vasquistas de mi parte tuvieron el respeto de los capuchinos de Lekaroz. Aunque mas difícil por el internado, continúo la lucha clandestina y soy detenido en Aberri Eguna de Bergara, junto a Txomin Ziluaga con el que ya conservaré una amistad y admiración eterna.


El “comunismo” etarra, nos estaba enfrentando a una doctrina nueva en nuestra tierra, un socialismo revolucionario, que quemaba las esencias clericales de la dirigencia nacionalista. Este debate nos obligó a emprender el camino del socialismo teórico, para ver sus grandes fallos, de la mano de teóricos marxistas, especialistas de formación jesuítica, como Garate. Tremendo fallo de los dirigentes que consiguieron todo lo contrario.


Pocos meses después de comenzar los cursillos anticomunistas, la mayoría de los comandos estaba asumiendo el socialismo como guía de su lucha.


Yo tuve mi tercera formación, en esa escuela marxista, y pese a considerarme socialista, social-demócrata, o más propiamente progresista de izquierdas, nunca llegué a identificarme con los leninistas o maoistas, e incluso los troskistas, pues las dictaduras, aún la del proletariado, me producen alergia.


Navegué junto a ellos, por causa de la lucha, pero siempre tuve firme mi timón para saber a donde iba.


Biografía 1


Me asusta Internet.


Cada vez que, distraídamente, lanzo a la búsqueda un concepto o nombre propio, quedo helado por los resultados. Cientos, miles, de informes, chismosos en su mayoría, interesados siempre, inexactos casi siempre, arrasan con la objetividad científica.


Yo, no soy una excepción, y si tecleas JOSU AIZPURUA, te sale una recua de imprecisiones y barbaridades como la reiterativa de “Político español independentista.”


Por no reconocerme mi nacionalidad vasca, cometen esa jocosa contradicción. ¿No era España ya independiente?


No creo necesaria esta biografía política, pues no hice otra cosa que luchar contra corriente, con valor y honestidad, pero la escribo, por que no pasaré al anonimato, como sería mi deseo, si no que la chismosa Internet me tendrá por los siglos, vestido de ropajes que no me gustan.


Zazpiak Bat, siete en una, siete décadas en una vida; la mía. Ese será el esquema de este escrito.





BAT


(0 a 10 años) – UBICACIÓN



No nací en el Mediterraneo, como Serrat, pero nací en Bilbao, que tampoco está tan mal. Fue por el verano de 1946, cuando ya el Caudillo Franco llevaba 7 años de Jefe de la España Una, Grande y Libre, que como decía mi amigo Geijo, “es Una, por que si hubiera Otra, todos estaríamos en aquella”.


Nací en el seno de una familia vasca, del bando nacionalista, perdedores de la guerra, pero que por su enorme capacidad de trabajo, como albañiles primero y constructores después, fueron escalando en el Bilbao de la postguerra hasta instalarse en la burguesía acomodada, principalmente la rama de mi padre que fue un empresario de éxito.




Yo padecí el hambre y racionamiento, solamente cuando mi padre no conseguía los cupones extras de racionamiento, y me contaron, que el Pelargón de lactancia que me daban de estraperlo, era falsificado y me produjo tremendos daños en el estómago que casi me provocan la muerte. El farmacéutico era falangista y seguramente, al verme, se imagino lo que venía y me dio el Pelargón con matarratas.


Algunas colas de la mano de mi madre por los cupones de racionamiento, son de los pocos recuerdos desagradables del hambre propia, pero si tengo los primeros destellos del hambre ajena.


Nací en medio de la violencia institucionalizada. Violencia política de unas fuerzas gubernamentales represivas, violencia social sobre una clase obrera de sindicato único y miseria de salario, violencia de género donde la mujer dependía del marido hasta para abrir un cuenta bancaria, violencia religiosa donde el ultracatolicismo era obligatorio e incluso prohibían la lectura de grandes obras literarias, violencia intelectual donde cuatro fascistas interpretaban lo científico con las gafas del franquismo.


Lógicamente, la violencia me salpicó.


Cada año que pasaba, la situación familiar mejoraba, y en el hogar familiar de Alameda de Urquijo 86-6º, del barrio de entonces Indauchu, yo iba creciendo e inspeccionando todo aquel universo que se abría ante mis ojos.


Tuve un amigo en el piso de abajo, Jesusín, pero se murió de rabia por la mordedura de un perro que nos salió de una lonja y yo estuve mas rápido. Quedé destrozado por la muerte de otro niño, como yo de cinco años, y poco después por la muerte del padre de otro amigo de enfrente, Iñaki, que pasó años llorando en la misa del colegio en el memento de difuntos.


La muerte era algo serio.


Por lógica económica, mis padres aspiraban a que fuese un alumno de los Jesuitas de Indauchu, el cénit de la burguesía bilbaina, solo superada por el elitista Gaztelueta, del Opus Dei, colegio de las tradicionales familias de la oligarquía negurítica, a la que no podíamos aspirar, pues teníamos dinero, pero se nos veía demasiado cerca el andamio.


Para lograr mi desasnamiento, mi padre contrató a una maestra, que por nacionalista, había sido expulsada de la Enseñanza Oficial cuando llegó Franco y sobrevivía con las clases particulares.


Fue un éxito, pues entré a Jesuitas y Don Quiterio, el Secretario de Admisión, felicitó a mi madre por mi preparación. En mala hora, puesto que en los siguientes ocho años de mi vida, aquellos jesuitas, trataron de manipularme y mal formarme, humillándome, cuando podían, por mi innata rebeldía.


Lo que nadie sabía es que la Srta. Encarna, mi maestra, que me dio millones de pellizcos y palmetazos, me preparó para el examen de jesuitas, pero también para la vida y me enseñó el poco francés que hoy se.


Ella me rebeló, que mi madre me bautizo con el nombre de Josu Mirena, y no con el que me imponían las Autoridades franquistas; Jesús María. También me rebeló lo que eran rojos y separatistas, sus ideales y la calaña de los “nacionales” en el poder de Bilbao.



Yo ya iba preparado y cuando los jesuitas trataban de enseñarme que los separatistas y los mineros comunistas asturianos quemaron Gernika, yo, “inocentemente” preguntaba por la aviación nazi. La prima de mi madre y su bebé fallecieron en el bombardeo. Sabía de lo que hablaba.


El valiente con los niños, jesuita, me tiró del tablero al suelo de un bofetón por decir que prefería Loroño a Bahamontes, por que era vasco.


Desde que tuve uso de razón, siempre recuerdo mi pasión por el saber, por la verdad y la justicia. No los encontré en los jesuitas, y por tanto, los busqué por fuera.


CARTA AL MAKO

CARTA AL MAKO

Casi cumplidos los 62, gravemente enfermo, con la vida realizada y amortizada, sin ninguna necesidad y por tanto fuera del escaparate de los “comprables”, solamente me mueve el ánimo de escribir, para que encontréis una versión distinta a la que los adversarios os transmiten y a la que los allegados os remiten.
Esta versión os llega del “inguru” puesto que yo comienzo a mis 15 años en la lucha antifranquista y milito con Ezkerra y Shanti Potros ya desde aquellos primeros “Komandos EGI”. Una vez quemado para la ekintza, paso a la resistencia anti-franquista en ANV y me nombran Consejero en el Gobierno Vasco en el Exilio, cargo que el Lendakari Leizaola no acepta, por que no le prometo “obediencia personal” al margen del partido. Me llega la Transición con la responsabilidad de la Secretaría General de ANV y desde allí lucho tenazmente con Telesforo y Ziluaga para que HB sea una realidad. Elegido Parlamentario vascongado en la primera legislatura, en el año 1980 abandono todos mis cargos y la política definitivamente.
Nunca cobré de la política, y mis pagos parlamentarios pasaban directamente a HB para su mejor uso.
Mi visión política, (el cambio de la lucha armada por la lucha civil), ha sido oficialmente transmitida e invariable, desde Argala hasta hoy, cada vez que ha sido solicitada y los buruzagiak tienen conocimiento de ello.
Lo que ya no estoy seguro es que, vosotros los presos, tengáis noticia de que existen otras posturas, no traidoras, pero alejadas del militarismo. Por ello os envío estas pinceladas para consumo interno, que os pido no divulguéis, ni deis mayor importancia que la de una lectura tras la siesta, que espero por lo menos os entretenga.

MI DIMISIÓN
Mi visión de la política fue formada por instructores militares del Eusko Gudarostea, cuando formaban unos grupos de oficiales del futuro Ejercito Vasco de Euzkadi, para una vez caído el franquismo. Luego, esa visión militarista se fue enriqueciendo con el aporte político que tanto Telesforo como otros históricos de ANV-EAE, me fueron aportando.
Llegado el momento, aquello que preveíamos (Ruptura) no sirvió para nada, pues se produjo (Reforma) otra cosa distinta, que cogió a un sector de nuestra dirigencia despistado y del que hoy todavía no se ha repuesto, continuando en misión avestruz.
Por ello, creí y creo en la reconversión, y HB debió ser el cauce de expresión de la izquierda abertzale desde el 80, potenciando la autodisolución de la vanguardia armada.
Lo conseguido en la Transición, fue el resultado de una correlación de fuerzas, estatal y vasca, y toda la parafernalia estatutista, en gran medida, fue el fruto de la lucha abertzale de la que el PNV se apropió, desnaturalizó y mangoneó, por las ausencias de nuestra izquierda.
En un movimiento de liberación nacional, patriótico, de izquierdas o derechas, la parte militar debe siempre supeditarse a la civil, donde deben estar los líderes carismáticos con poder de convocatoria. Tuvimos el mayor y quizás irrepetible líder vasco de masas, Telesforo, y un infantil izquierdismo de concretos buruzagiak, le impidió realizar una tarea adecuada, supeditándolo a un seguidismo militarista.
Ello tuvo la consecuencia que el estatutismo vascongado fue asentándose y haciéndose mayoritario mientras nuestra izquierda perdía sus miembros, de uno en uno, desde aquellos 250.000 vascongados que nos seguían ciegos, hasta los escasos 80.000 que hoy día siguen las consignas.
¿Os cuentan que las antaño manifestaciones multitudinarias que se hubieran convocado por la colocación de banderas españolas en Donosti y Bilbao, hoy son minoritarias y a veces ridículas?
Yo en el año 80 intuí que las posturas cerriles de ETA&HASI nos iban a traer estas consecuencias, y por ello dimití.
Y no por falta de ganas de luchar, si no por que al ser minoritarias mis posiciones, militar al fin y al cabo, disciplinadamente me plegué a la mayoría, pero no quise ser copartícipe de aquel desastre que intuía.
Tuvimos 300.000 mil partidarios dispuestos a todo, los presos en la calle, un partido legalizado, un gran periódico, y mucha ilusión. Hoy no tenemos nada.
¿Por qué nadie dimite y confiesa el error?
Idígoras, en las reuniones interminables de la Mesa Nacional, cuando el que nosotros llamábamos “sector adokin” imponía una de sus tesis delirantes, solía decir: “Bien; de derrota en derrota hasta la victoria final”.
Cuanto recuerdo a Jon y sus juicios “cachondos” pero de gran profundidad e inteligencia, propios de un gran líder también desaprovechado.
Hoy, para mi desgracia, el tiempo me ha dado, nos ha dado a varios, la razón.

¿QUE HACER?
Como no soy Lenin, no tengo ni la menor idea, pero si ayer acerté, tengo credibilidad para echar otra intuición al aire.
Creo que cuanto antes, mejor ayer que hoy, debe producirse la autodisolución de la vanguardia militar ETA.
Perdido el contexto mundial de los 70 (guerrilla), y en fase derechizada, el entorno internacional nos es hostil e incluso los países de gobiernos populares recomiendan el abandono de las armas.
Perdido el tufo fascista de España, su actual democracia es homologable con la europea e incluso más profunda que otras del entorno.
Perdido el apoyo popular vasco y el respeto de la mayoría.
Perdidas todas las batallas emprendidas.
¿Qué otra alternativa se presenta?
La negociación será peor y sólo se hará si beneficia a la otra parte, pues hoy puede, por mucho ruido que se meta, aguantar cualquier tirón sin sufrir la mas mínima tensión, que de producirse, se produce entre la izquierda abertzale y masas simpatizantes. La lucha armada hoy refuerza y justifica al poder centralista.

UN FUTURO
Nunca hubo peor futuro para la causa vasca que aquellos años de posguerra y sin embargo la voluntad de unos pocos patriotas consiguió que, si no Euskalherria-Euzkadi, si al menos un “Euskadi”, siga vivo en el concierto internacional de los pueblos.
Sin vosotros trabajando por este nuestro pueblo, no habrá esperanza.
La trainera vasca necesita de todos sus remeros bogando juntos, aunque el timonel no sea el adecuado, y haciendo méritos para que el timón caiga en manos abertzales.
Vosotros hoy ya no sois rehenes, si no carnaza para el neofascismo vengativo. Ni las autoridades vascas ni españolas moverán un dedo por vuestra causa y el destino es negro para vosotros y estéril para la causa vasca.
Cuanto antes, por vosotros y por nosotros, debéis liberar a los activos de sus ekintzak, y detener un sinsentido, dando paso a una nueva etapa sin ETA, buscando a jóvenes que sepan subir a las poltronas sin mancharse y trabajar para adquirir la potencia que pueda cambiar el maldito rumbo de vuestras vidas encarcelados.
Hay que pedir mus urgentemente, pues con estas cartas, irremediablemente perdemos la partida. Ahora es cuando se necesita de vuestro valor y entrega. Morir de una vez es sencillo, lo difícil es morir día a día. Todos sabemos que metidos en ekintza, la energía se gasta en sobrevivir y el juicio no está claro. Vosotros, desde la distancia, podéis analizar mejor la situación e imponer a los activos la línea mas adecuada para que la causa vasca pueda mantenerse con futuro. Que Aitor os ilumine.
Agur bero bat.
Gorka.
En tierra vasca a Julio 2008.