lunes, 3 de agosto de 2009

Biografía 6



SEI


(51 a 60 años) COMPRENSIÓN




Como una maldición bíblica, a los cincuenta, comenzó la Cantera de Istiña a dar su fruto, y como mi abuelo y mi padre a la misma edad, comencé a tener piedras en los riñones.



También fui consciente que las ideas que nos movieron en la juventud, habían sido abandonadas por los políticos vascos y la población había pasado también de ellos, creándose un nuevo paradigma donde nadie era lo que decía, ni falta que hacía. Una ceremonia de la confusión reinaba en vascongadas, donde celebraba “Aberri Eguna” cada partido por separado y otros ni siquiera lo celebraban.


Nadie quería mirar atrás, y enmendar lo mal andado; peligraba su estatus.


Mi salud se fue empeorando, heredando lo genético, hipertensión, melanoma, diabetes, hasta que la aorta me dio el gran susto. Ya el cuerpo del campeón de los 100 metros, no daba para más.


Mirando atrás, viendo los pocos aciertos y los muchos errores, me sentí contento y resignado.


Había hecho todo lo que podía por mi patria vasca, había sido honrado con mis juramentos de oficial vasco, no volví a utilizar las armas en su territorio en cuanto la democracia se instaló en las instituciones, e hice cuanto pude para que mis compañeros de armas entrasen en el juego político. Más no pude hacer o no me dejaron.


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